una vez más, solos en el cono sur

Quizás sea ese complejo de ciudadanos del primer mundo que ostentan algunos compatriotas -aquellos que creen que somos mejores de lo que en realidad somos-, o el chovinismo de otros que creen que tenemos y producimos más y mejores cosas que nuestros vecinos, como aquellos que piensan que nuestros vinos son los mejores del mundo -en realidad son buenos y compiten con algun éxito en los mercados internacionales, pero todavía estan muy lejos de competir, por ejemplo, con los californianos- o como aquellos que creen que la montaña mas alta de Chile es el monte Aconcagua -es Argentino-.
En realidad no se el motivo pero me preocupa que nos distanciemos tanto de nuestros vecinos y nos preocupemos de cultivar tan "profundas" y "estratégicas" relaciones con los países del norte -tanto eeuu como los europeos- pues éstos, cuando no les gusta como te portas, te cierran la puerta en la narices y no te invitan a la fiesta; en cambio peruanos, argentinos, brasileños, bolivianos, etc, son los vecinos con los que vamos a tener que compartir el resto de la vida, y como buenos sudacas, por eso si de repente te agarras a combo un día, al día siguiente, con la misma pasión, compartes una chela o un vinito...por eso me preocupa que, nuevamente, nos restemos de iniciativas regionales, en este caso el banco del sur...apostando todas nuestras fichas al fmi o al banco mundial, los que más de una vez nos han dado la espalda.
Porfa, de una vez por todas, asumamos que la mayoria no somos como los foxley o los velascos o los larraines -no vamos a ir a estudiar postgrados a eeuu o a inglaterra o a francia-; más bien somos sudacas -el cuerpo se menea solo al son de la cumbia, la salsa o el merengue, somos impuntuales, flojos y aprovechados- esa es nuestra realidad por ahora y para siempre; así es que en vez de tratar de agradar a los que viven a un mundo de distancia, cultivemos mejores relaciones con nuestros vecinos, démonos la mano, abracémonos e, inclusive, palmoteemos las espaldas, son gestos que, en ciertas circunstancias, nos pueden salvar las fichas o, al menos, el gas.